Vivimos en una sociedad que valora el placer inmediato. Frases como “haz lo que te apetezca” o “escucha a tu cuerpo” se han convertido en mantras populares. Pero, ¿y si ese enfoque estuviera saboteando tu crecimiento personal? ¿Y si hacer solo lo que nos apetece y evitar lo que no nos gusta fuera precisamente lo que nos mantiene estancados?