Vivimos en una época en la que las enfermedades autoinmunes aumentan cada año. Artritis reumatoide, lupus, tiroiditis de Hashimoto, esclerosis múltiple o celiaquía afectan la vida diaria de millones de personas. La medicina convencional ofrece tratamientos fundamentales para controlar los síntomas, pero ¿qué ocurre con el origen más profundo de la enfermedad?