¿Tienes problemas para concentrarte?

 

¿Tratas de concentrarte en una lectura, en el trabajo, en una conversación y de repente te das cuenta de que tu mente lleva un rato perdida y no te has enterado de nada de lo que ha pasado o has perdido un montón de rato y no has hecho lo que tenías que hacer?

 

Pero seguro que también has tenido ocasiones en las que una experiencia extrema atrapó completamente tu atención, o actividades en las que de repente estás tan inmerso que el resto del mundo deja de existir.

 

Como suele repetir a menudo Marian Rojas, entender es aliviar. Así que en este blog vamos a entender por qué nos pasa eso. Por qué y cómo se produce la divagación mental. Al final del blog te explico una herramienta muy sencilla de poner en práctica para,

 

poder retomar el control de nuestra mente cuando divaga

 

Cuando divagamos, nuestra mente se encuentra en lo que se llama la red neuronal por defecto, que se asocia con la corteza prefrontal medial, la corteza cingulada posterior, el giro angular y muchas otras.

 

Esta red es tan poderosa que llega a anular los estímulos que nos llegan por los sentidos. Y no solo aleja nuestra atención del momento presente, de lo que está sucediendo, además, puede perjudicar nuestro rendimiento, nuestro estado de ánimo y contribuir potencialmente a estados de ansiedad y depresión.

 

según los estudios, entre el 30 y el 47% de nuestro tiempo de vigilia lo pasamos en esa red neuronal por defecto, divagando

 

Podemos divagar de distintas formas:

  • Soñando despierto
  • Enredados en innecesarios monólogos interiores
  • Obsesionados por el pasado
  • Preocupados por el futuro
  • Haciendo asociaciones incorrectas que pueden llegar a convertirse en creencias
  • Y muchas otras

 

Cómo dice la extraordinaria Marisa Peers, todo lo que hace nuestra mente tiene un objetivo, cumple una función. Y esa divagación también la tiene. La mayoría de los estudios lo relacionan con el sentido de la identidad, con la reflexión y la comparación con otros. Concretamente divagamos para evaluar a los demás, para inferir qué piensan de nosotros y así construir nuestra idea de nosotros mismos.

 

La divagación es un proceso más automático, menos consciente. Mediante el cual, nuestra mente se basa en recuerdos y experiencias para solucionar problemas y afrontar situaciones, dirigiendo nuestra atención al interior y por tanto desconectando del momento que estamos viviendo.

 

Ser conscientes de cuándo y cómo divagamos, nos permite tomar el control, ser más eficientes dirigiendo nuestra atención

 

Os dejo el enlace a un experimento muy interesante, original de Ultric Neisser, que podéis hacer y daros cuenta hasta qué punto podemos perdernos información del momento presente: el poder de la atención

 

Es importante que conozcamos las maneras en las que nuestra mente se puede quedar enredada en pensamientos negativos o ineficaces.

  • Tenemos el pensamiento asociativo, en el que  avanzamos de un pensamiento a otro relacionado. Sin embargo, puede haber personas que empiezan a ser excesivamente asociativas, viendo conexiones entre cosas que en realidad, no ninguna relación, pudiendo llegar al delirio y a desarrollar trastornos psiquiátricos como la esquizofrenia.
  • También está el pensamiento rumiativo, pensamientos recurrentes que tienden a centrarse en un mismo tema. No tienen un principio y un final como los tipos de pensamientos funcionales, los rumiativos, transcurren en círculos y pueden dar lugar a patologías, impidiendo la concentración y desempeño normales.
  • Está el pensamiento obsesivo, típico del trastorno obsesivo compulsivo, TOC. Son pensamientos recurrentes, persistentes y típicamente negativos, aunque no necesariamente circulares. Cuanto más tratas de eliminar estos pensamientos, más obsesivos se vuelven.
  • Además, tenemos los pensamientos intrusivos. No son voluntarios, aparecen sin más y  suelen ser negativos además de distraer nuestra atención. A diferencia de los obsesivos, los intrusivos, aparecen de forma intermitente y desaparecen solos. Aunque lo más habitual es que sean negativos, en ocasiones pueden ser positivos o incluso traer la solución de algún problema o llamar nuestra atención sobre alguna cuestión que debemos enfrentar o solucionar.

 

Ahora que ya conocemos un poco más, podemos reconocer cuando estamos inmersos en este tipo de pensamientos y pedir ayuda en el caso de que no seamos capaces de controlarlo nosotros solos. La hipnoterapia ayuda cada día a muchas personas a controlar la divagación y a retomar el control de su atención y concentración.

 

Si quieres empezar con una herramienta muy simple, pero que hará una gran diferencia a la hora de controlar la divagación, toma nota. Colócate una goma elástica en la muñeca, (que no te apriete). Cada vez que pilles a tu mente divagando o en alguno de los procesos de pensamiento que hemos visto, impidiéndote concentrarte en lo que quieres hacer, estira la goma y suéltala. De forma que notes el picor en tu muñeca. Se constante, porque cuanto más lo hagas, más control irás consiguiente sobre tu atención y sobre donde están tus pensamientos. La clave como siempre está en la constancia.

 

Porque como dice Najman de Breslev, “estás donde están tus pensamientos, asegúrate de que tus pensamientos están donde quieres estar”

Sed felices