Estrés, ansiedad. Lo real y lo percibido

 

El estrés no siempre es malo. De hecho, es una respuesta de motivación que aparece cuando las demandas externas son percibidas como mayores que los recursos que tenemos para afrontarlas.
El cuerpo lo interpreta como una llamada a la acción. Pero cuando esa respuesta se mantiene demasiado tiempo, o cuando la percepción es errónea, el estrés se transforma en ansiedad, y esta deja de ser una aliada para convertirse en una carga.

 

«Tu mente hace lo que cree que tú quieres que haga.» — Marisa Peer

 

Aquí os dejo una explicación magistral de Marisa Peer acerca de cómo usar nuestros pensamientos a nuestro favor

 

La clave está en esa palabra: percibidas.
Porque podemos vivir una situación que realmente nos supera… o simplemente sentir que nos supera.
Y aunque parezca una diferencia menor, marca el rumbo de todo el proceso.

 

El cuerpo no distingue entre lo real y lo imaginario.
Tanto si la amenaza está ocurriendo como si solo la imaginamos, las reacciones de adrenalina y cortisol serán las mismas.
Por eso es tan importante aprender a distinguir una situación que objetivamente excede nuestros recursos, de otra en la que el límite está en nuestra mente.

 

Si, por ejemplo, te estresas antes de una entrevista porque piensas que será un desastre, pueden ocurrir dos escenarios:

 

Opción A: la situación realmente te supera

Aquí el estrés “tiene sentido”.
Quizás no te has preparado bien.
Quizás has procrastinado, careces de constancia o disciplina.
El problema no es tu ansiedad: es la falta de acción sostenida.
El camino está en entrenarte para responder mejor, asumir tus compromisos contigo mismo y fortalecer hábitos que apoyen el progreso real.

 

Os dejo enlace para aplicar en estos casos. Ver enlace

 

Opción B: la percepción te supera

Aquí no es que la situación te aplaste, sino tu mente te convence de que lo hará.
Aun cuando te hayas preparado, nunca parece suficiente.
El origen está en creencias limitantes, en la autocrítica, en el perfeccionismo que exige rendimientos imposibles.

 

“Cuando no somos capaces de conectar con nosotros mismos, buscamos alivio en lo que sea: adicciones, distracciones o relaciones que nos vacían.” — Gabor Maté

 

Lo fascinante es que no necesitas meses y meses de terapia para distinguir uno de otro.
Con las herramientas adecuadas, una sesión bien guiada puede revelar el origen del estrés: si está fuera, en la acción; o si está dentro, en la creencia.

 

Y esa es precisamente la función de mi primera sesión gratuita.
Una sesión en la que muchas personas han identificado el tipo de estrés que experimentaban y han comenzado a resolver el problema por el que acudieron, incluso con solo ese primer paso.
Porque a veces el cambio no está en hacer más, sino en ver claramente lo que está ocurriendo.

 

“El pensamiento es la señal que activa la química del cuerpo. Si cambias tus pensamientos, cambias tu biología.” — Joe Dispenza

 

Este trabajo no consiste en depender de más terapias, medicamentos o distracciones.
Se trata de solucionar, de avanzar, y de que la persona recupere su libertad emocional.
Al final, no es cuestión de eliminar el estrés, sino de saber de dónde viene, qué hacer con él y qué parte te toca cambiar: el entorno o la interpretación.

 

Y allí comienza el verdadero cambio: cuando aprendes a responder con claridad y conciencia, no con miedo ni reactividad. Y ahí es donde la combinación de Rtt, hipnoterapia clínica y  otras herramientas permite ir a la raíz del problema y lograr un transformación rápida, efectiva y duradera.

 

Sed felices