Aprende a decir NO

 

Hay muchas personas que se sienten incapaces de decir no. Puede ser un comportamiento con la pareja, con los padres, con los hijos, en el trabajo. Y en muchos casos es una incapacidad que se da en todos los ámbitos.

 

Muchos hemos pasado por esta situación en algún momento de nuestras vidas. Por querer ganarnos el amor, la aceptación, por una creencia adquirida de hacer “lo que es debido”, “por ser buena persona”, por sentimientos de culpa. El hecho es que caemos en la trampa de anteponer las necesidades de los demás a las propias. Terminamos actuando en contra de nuestra voluntad, nuestras necesidades, actuamos en contra nuestra.

 

Todos venimos al mundo sabiendo decir no, es pura supervivencia. Para todos los bebes sus necesidades son lo primero.  Cuando un bebe no quiere comer más, llora, escupe, vomita, lo que haga falta para defender su necesidad de no comer más. Da igual lo que hagan los padres o cuidadores. Si no quiere comer más, el bebe defenderá su necesidad, su límite. Pero hay personas que en algún momento de sus vidas esto cambió. Dejaron de saber defender sus límites. Dejaron de poner por delante sus sentimientos y necesidades.

 

Hay muchas personas atrapadas en hábitos, comportamientos y situaciones que les impiden decir no. Haciendo cosas que no quieren hacer. Actuando en contra de su voluntad, su interés y sus necesidades. En contra de ellos mismos. Eso es percibido por el organismo como un ataque a la supervivencia. Lo que genera un estado de estrés, ansiedad y angustia constantes. Normalmente es un estrés interno del que no somos conscientes. Lo que ocurre es que se reprimen las señales del cuerpo, convertimos ese estado en algo normal, quedando totalmente indefensos.

 

El estrés es una respuesta puntual que se activa en nuestro organismo cuando nuestro cerebro reptiliano detecta una amenaza. Es este caso, cuando acabamos haciendo algo en contra de nosotros mismos. Lo que el cerebro interpreta como amenaza a nuestra supervivencia.

 

Fundamentalmente se ven afectados tres tipos de tejidos y órganos. En el sistema hormonal se producen cambios en las glándulas suprarrenales. En el sistema inmunitario, se suele ver afectado el bazo, el timo y las glándulas linfáticas. También se suele ver afectado el revestimiento intestinal.

 

Como parte de la respuesta al estrés, también segregamos cortisol que tiene efecto inhibidor sobre el sistema inmunitario, efecto corrosivo sobre los huesos y efecto ulcerante en los intestinos, entre otros.

 

El organismo está preparado para soportar estas reacciones de forma puntual. Pero imagina lo que puede pasar cuando el estrés se vuelve constante.

 

Cuando una persona está atrapada en este círculo de no poder decir no, acabar haciendo cosas en contra de si mismo y después en muchos casos sintiéndose mal por haber sido incapaces de negarse. La amenaza y por tanto el estrés son constantes. Puede llegar el momento como vemos en muchos casos, que, como dice el Doctor Gabor Mate, nuestro cuerpo sea el que termine diciendo que no por nosotros con alguna enfermedad. En muchos casos, enfermedades autoinmunes, ansiedad, depresión, dolores, migrañas, son las formas en las que nuestro cuerpo dice no y trata de parar ese círculo autodestructivo de no saber decir no.

 

Este fue el caso de mi clienta «V». Mediante hipnosis descubrimos que siempre se sentía obligada a seguir, incluso cuando no podía. «V» reprimía sus deseos y necesidades para tener a todo el mundo contento. En su subconsciente tenía grabado que eso era lo que debía hacer. «V» padecía artritis reumatoide en un grado muy alto para su edad. Sabía que no debía comer productos con harina o azúcar porque empeoraban notablemente el estado de sus articulaciones. Pero incluso se sentía incapaz de rechazar esos alimentos por no contrariar cuando un familiar o amigo se los ofrecía. Realmente no quería comer eso, sabía que le hacía daño, pero aun así se sentía incapaz de decir no. Bajo hipnosis «V» entendió que la enfermedad era la forma en que su cuerpo decía que no por ella. Si no era capaz de decirle a su familia que no quería comer esos productos, su cuerpo lo decía por ella con inflamación y dolor. Sí tenía excesos de tareas, pero aun así era incapaz de quejarse o pedir ayuda, era la enfermedad la que decía que no por ella postrándola en la cama por el dolor.

 

A continuación, tenéis algunos de los comentarios de «V» días después de la Sesión de Terapia Transformadora Rápida.

 

“No sabes cuánto estoy agradecida contigo por el cambio que he visto en mi cuerpo.  Las articulaciones están super bien…”

 

“Algo muy difícil para mí, es decirles a mis hijos algo que los puede herir, pero hoy en la mañana se dio la oportunidad para poderle decir a mi hijo cosas que no había podido decirle y era necesario decir. “

 

“… me da mucha risa que mis seres queridos no se ofenden cuando les digo lo que pienso, y ahora que me ofrecen y rechazo lo que no debo comer, ellos me dicen, madre perdóname, se nos olvida.”

 

“…Gracias a Dios estoy sensacional.  En verdad me siento 100 kilos más liviana, no siento el plomo que sentía adentro…”

Es muy importante reaprender a decir que no. Sobre todo, es importante a edades tempranas. Vemos cómo muchos adolescentes son arrastrados a adicciones, comportamientos negativos. Los adolescentes tienen mucho miedo al rechazo, el adolescente y muchos adultos), en su necesidad se ser aceptados por el grupo, se sienten incapaces de decir no y actúan en contra de sus deseos, de sus necesidades, en contra de lo que realmente quieren. Es inútil en esos casos usar las explicaciones lógicas, las emociones son siempre más fuertes y el sentimiento de miedo al rechazo es realmente poderoso.

 

Es básico trabajar la autoestima, la confianza en uno mismo. Aprender a manejar el rechazo, la culpa y otros comportamiento incapacitantes. En definitiva, se trata de aceptar, marcar, respetar y defender nuestros límites.

 

Para cambiar es necesario entender. Para cambiar la incapacidad para decir no, es necesario entender la raíz del problema. Una sesión se Rtt, La Terapia Transformadora Rápida, puede ayudarte a entender este o cualquier problema que tengas y a liberarte de él para siempre.

 

No esperes a que tu cuerpo diga que no por ti. Pide cita hoy, ahora. Y si conoces a alguien con este u otro problema, tiéndele la mano, hazle saber que no está solo y que puede pedir ayuda.