La importancia de quererse

 

Somos muchos los que vamos esforzándonos porque nos quieran. Buscamos la aceptación, el amor y las demostraciones de cariño fuera. Tratamos de ser perfectos, de hacer lo que la gente quiere que hagamos. Todo, para ser merecedores de ese amor, para conseguir ese afecto. Cuando en realidad ya somos merecedores de amor por como somos, por lo que somos.

 

Muchos nos pasamos la vida esperando los abrazos, los “te quiero”, las palabras de cariño y de apoyo de las personas que tenemos en nuestras vidas. O esperamos que llegue esa persona que lo hará, que llenará ese vacío, que hará ese trabajo que en realidad es nuestro.

 

Te sugiero que dejes de esforzarte, de intentar ser perfecto, o hacer cosas que no quieres hacer para que te quieran.

 

Te animo que aceptes que es tu trabajo y lo hagas.

 

Es una de las cosas que más les repito a mis clientes y mejor funcionan. Cuando empiezas a quererte a ti mismo, a demostrártelo, vas aceptando que eres merecedor de amor, vas aceptando que puedes ser tu mismo y los demás (las personas que realmente importan) te amarán y te aceptarán de igual medida que tú lo haces.

 

Empieza a abrazarte como lo harías a la personas que más amas, es hora de devolverte ese que es tu lugar.

 

Mírate a los ojos en el espejo y dite a ti mismo que te quieres más que a nada y por encima de todo. Dite que estás preciosa, que estás haciendo un magnífico trabajo, dite todo aquello que necesitas escuchar.

 

Si lo sé, suena bastante raro. Pero muchas de las mejores ideas de la historia, sonaban estúpidas y alocadas al principio. ¿Cierto?

 

Dale una oportunidad, empieza a hacerlo. Lo irás convirtiendo en un hábito te irás sintiendo más pleno, más feliz. Ese vacío se irá llenando.

 

Ahora tenemos septiembre, un mes de retos y de estrés para muchos. El mejor momento para poner esto a prueba. (También puedes interesarte el blog anterior donde explico trucos para bajar la ansiedad.

 

Después de un día complicado, mientras te abrazas, recuérdate todo lo que has conseguido lograr.

 

En momento de máxima exigencia y estrés abrézate. Eso te calmará. El abrazo hace que comencemos a segregar oxitocina. Que ayuda a bajar la intoxicación de cortisol que tenemos en momentos de estrés. Mientras te abrazas, recuérdate a ti mismo que no podemos controlarlo todo, podemos controlar nuestros pensamientos. Y recuérdate a ti mismo que eres extraordinario.

 

No esperes más, la persona que esperas eres tú mismo. Darte abrazos, decirte “te quiero” y todo lo que necesitas escuchar es tu trabajo, empieza a hacerlo..

 

Obvio que no sugiero que renuncies al amor, a los abrazos, a los “te quiero” de otras personas, de las personas que nos importan. Pero para llegar a eso es imprescindible que primero te quieras, te abraces y de digas te quiero tú mismo. Te aceptes y te valores tú. Para que después aceptes la valoración y el amor de los demás. Y puedas dar, también tú, ese amor y valoración a los que te rodean.

 

Amarse uno mismo, para poder dar y recibir amor de los demás

 

Sed felices